Lumbalgias y Lumbociáticas

Lumbalgias y Lumbociáticas

La lumbalgia es, después de la gripe, la causa más frecuente de consulta médica en el mundo occidental. El tratamiento más corriente consiste en la ingesta de anti inflamatorios no esteroideos (AINE) y la prescripción de tratamiento fisioterápico. La aplicación de tuina permite reducir e incluso suprimir el dolor y la incapacidad, acortando el período sintomático y mejorando la calidad de vida del paciente. La técnica de tuina actúa localmente y a distancia a través de la estimulación de distintas estructuras del sistema nervioso central (SNC) vinculadas no sólo al dolor sino al sistema límbico, responsable de las respuestas emocionales generadas en este síntoma, tanto en las fases agudas como crónicas del mismo.

Las lumbalgias mecánicas son aquellas que llevan asociada la contractura muscular y rigidez del segmento lumbar. Es el grupo más frecuente; la mayor parte de los cuales corresponden a trabajadores manuales. El dolor está localizado en la zona lumbar, y puede estar centrado o lateralizado, en este último caso puede ser uni o bilateral, debido a que es un dolor nociceptivo de difícil localización, profundo, sordo y en ocasiones la palpación no logra identificarlo. El proceso suele iniciarse tras un esfuerzo, o una postura incorrecta, y en algunos casos es el primer síntoma de una hernia discal. La espondiloartrosis o la discartrosis suele estar presente en la mayoría de los casos. En otros pacientes se encuentra, en el examen, escoliosis u otras enfermedades, como espondilólisis o espondilolistesis. Desde el punto de vista tradicional, se puede considerar este cuadro como un bloqueo de la energía o de energía y sangre (un cuadro de plenitud en meridianos Yang, tanto de vejiga como de vesícula biliar), o un cuadro de plenitud que ocurre sobre un fondo de vacío, tal como es el caso de un vacío de Yin de riñón en la espondilodiscartrosis, o un vacío de Jing de riñón, si se está en presencia de una malformación congénita, como es el caso de una escoliosis estructural grave.

Los procesos inflamatorios que afectan a la columna, suelen presentar dolores durante el reposo en cama. Mejoran durante unas horas, normalmente a mitad de mañana con la actividad moderada, para luego hacer una reagravación sintomática, sobre todo si la actividad es más intensa o duradera; están afectadas las pequeñas articulaciones del arco posterior de las vértebras lumbares (las articulaciones interapofisarias, más que los discos lumbares pues estos últimos carecen de membrana sinovial que es el tejido diana en las artritis). El dolor es local, en muchas ocasiones se trata de una lumbosacralgia, con dolor en la región glútea y en la cara posterior de muslo, sin llegar a ser una auténtica irradiación de tipo radicular. En estos casos se observa la presencia de neuroplasticidad en el tejido inflamatorio, es decir, crecimiento nervioso dentro de la inflamación que aporta a su vez vascularización. Este proceso de neuroplasticidad se observa incluso en la cicatrización normal de una fractura2. En ocasiones el dolor lumbar se incluye en una afectación oligo o pluriarticular, con afectación de articulaciones de manos o pies, lo más frecuente, o de grandes articulaciones, como rodillas, hombros o caderas, por lo que el tratamiento ha de variar de acuerdo con el cuadro general. La sistematización del proceso doloroso en el caso de afectación lumbosacra y de cadera es frecuentemente muy confusa, por lo que obliga a tratar ambas articulaciones pertenecientes a la misma cadena cinética. Desde el punto de vista tradicional puede interpretarse como un cuadro de calor humedad o viento-calor y humedad, y puede punturarse puntos generales para estos síndromes, además de realizar el tratamiento local.

Los síndromes de irritación radicular se caracterizan por la presencia de dolor irradiado, quemante o urente, intenso, que se corresponde con la raíz afectada. Cuando es completo, se pueden encontrar alteraciones de la sensibilidad (parestesias o disestesias) en el dermatoma correspondiente, y déficit muscular con pérdida de fuerza y hasta hipotrofia o atrofia muscular en el miotoma afectado, junto con alteración en reflejos osteotendinosos, además de otros signos clínicos (Lasègue, Bragard, Gowers, etc.). En el caso de presencia de radiculopatía la sintomatología puede corresponder a un cuadro de plenitud en el meridiano de vejiga o vesícula biliar que se instala sobre un estado de vacío previo, de Xue (sangre), por ejemplo.

El síndrome de estenosis del canal medular se caracteriza por impotencia funcional en los miembros inferiores durante la marcha, que se calma con la bipedestación o sedestación, por lo que al caminar estos pacientes simulan mirar un escaparate para disminuir los síntomas, al tiempo que padecen por lo general una lumbosacralgia con irradiación a glúteos y cara posterior de muslos. Debe realizarse un diagnóstico diferencial con trastornos de tipo vascular (arterial).

Es frecuente que los pacientes refieran parestesias en territorio de raíces L5 o S1. Esta sintomatología, desde el punto de vista clásico, refleja claramente un vacío de riñón, con dolor lumbar y “debilidad de rodillas” por lo que puede tratarse mediante la puntura de puntos de tonificación de riñón: Shenshu 23 V, Taixi 3 R, Dazhong 4 R, etc.

En los casos de lumbalgia mecánica y en presencia de contractura muscular se realiza una puntura paravertebral y de los puntos gatillo (trigger points) correspondientes a la musculatura afectada como si éstos fueran considerados puntos Ashi. Un punto curioso ubicado sobre el punto medio de la cresta ilíaca coincide con un punto gatillo del músculo iliolumbar, y es de mucha utilidad en las contracturas musculares.

Discusión

El tuina, ha demostrado ser un tratamiento eficaz y predecible para las lumbalgias y lumbociatalgias,

 

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